Paradas continuas

No me parece que temblar se descarte como certeza.

Cuando sucede, se está seguro de la inmovilidad porque se ha salido de ahí.

Sorber o absorber la consecuencia del frío se conjuga de determinada manera, entendiéndose por tanto como síntoma de un cambio de consciencia. Y es entonces cuando se agrieta la mente donde solías nadar, 

y queda el tiempo atrapado.

Congelado todo, puedes ir y volver del pasado,
hacer paradas continuas,
o tener al sol (o no) de tu lado.
El pronóstico del clima lo traerá un gemido

mientras nos quitamos la ropa

o el café que gotea de las manos.