su café
agotaba la ciudad
alrededor del rostro
de la misma manera
que sin brillo
llevaba siempre
desconcertado

tú te diluías para mí
su risa
seguía impermeable

sentí que estaba allí
a partir del ser
era el símil
tu silencio
Llamas
como una palpitación
cuando ya había sido poesía
Canta, desde su sombra,
la impuesta esperanza.
todo es presencia que se lava un nudo de imágenes